Cada pieza de Olayamarina es moldeada a mano. En cada curva, en cada trazo de pintura, se reflejan horas de dedicación y cuidado. El proceso de creación es tan único como las piezas mismas: una mezcla de técnica y pasión por la cerámica que transforma un pedazo de barro en una obra de arte. Son piezas que no solo decoran, sino que cuentan historias, evocan recuerdos y transforman cualquier espacio en un lugar lleno de magia.